La Transmutación |
Microrrelatos |
La cercanía Fase 1
Con los primeros hilos de la noche, Litio regresa de su trabajo cotidiano en la escuela de noche. Mientras camina, medita sobre lo acontecido en esa cajita, que no es de cristal sino de concreta realidad que palpa cotidianamente, llamada aula. Al llegar a su casa, siente un peso extraño en su cabeza; “sí, hoy he pensado mucho”, se dice a sí mismo, y no escatima, porque su preocupación por lo coherente de su acción le hace doler la cabeza. No sabe si ha llegado a los estudiantes, si los ha motivado, si entendieron, si saben hoy, un poco más que ayer sobre lo que les enseñó. Litio es un poco retraído en clase; no siente cercanía con sus estudiantes, le teme a la interacción social .En esta primera clase con los nuevos estudiantes, cree, no logró mucho de lo que quería lograr. Los chicos lo miraban con cierto susto; quizá él debiera cambiar su cara de espanto. “Los chicos no muerden” se decía a sí mismo mientras les hablaba sobre los temas que verían con él en las próximas clases. Por momentos, sentía que no lo escuchaban, su volumen de voz es bajo y tiene pocos matices sonoros. Más allá de eso, siente que los estudiantes aprendieron lo que les explicó, lo que vieron en el video; parece que lograron entender las consignas y responder las preguntas. Cree, entonces, que más allá de algunos detalles, logró el cometido. A pesar de que sea tarde, continúa pensando desde que llega hasta que va a dormirse. Mañana, cree, será otro, un poco mejor que el que fue hoy.
La fiebre Fase 2
Talia prepara bien la clase antes de salir. Hoy tiene mucho para hablar en el aula; le teme a la oratoria porque no confía mucho en su capacidad comunicativa. “Pero si sé bien el tema, no tendría que preocuparme tanto”, se dice. Al llegar a la escuela, es de noche. Antes de ingresar se encontró con Litio que le transmitió la fobia social que padece y su miedo a la “indisciplina”. Pero Talia, no le teme: recoge los pedazos de experiencia que arrojó Litio y se transmuta. A Talia le gusta sonreír, preguntarle a los chicos sobre cómo están y quizá hacer un chiste o reírse con ellos. Pero Talia tiene fiebre hoy. No se siente para nada bien. Tiene que estar allí igual; más allá de todo asumió un compromiso con esos estudiantes. Está pálida, ya no siente el susto de Litio pero sí la fiebre. Transpira mientras habla; le cuesta articular palabras porque le duele la garganta, pero aún así le explica de qué se trata esto del trabajo infantil. Da muchos ejemplos que leyó para “aggiornar” el discurso teórico que suele ser un tanto aburrido; cree que le servirán a los chicos para pensar más allá de esta realidad, para que reconozcan cómo adolecemos todos de los mismos problemas sociales, acá, o en Perú, o en África… Reconoce que los estudiantes la escuchan, que están interesados, cuando les ejemplifica con casos reales. Quienes la observan desde el fondo, le reconocerán después al ejemplo, como un buen recurso. Sin embargo, por momentos regresa Litio con su ineptitud comunicativa, que ni dice ni deja decir, y Talia con su problema de autoridad no logra que los estudiantes lean algo que les pide. Más tarde reflexionará sobre la participación de los chicos… ¿acaso no buscaba eso en el fondo? ¿Acaso no decía querer lograr autonomía, que los chicos sean protagonistas de su aprendizaje?... Al salir del aula, reconoce que no logró construir esa autoridad pedagógica que se le ha convertido en un problema teórico-práctico de difícil resolución. Se pregunta el por qué y se cuestiona su capacidad para la docencia. Pero no está de acuerdo con el castigo. “No quiero amenazarlos con calificaciones para que me escuchen o me hagan caso”, se dice…Pero ¿con qué motivarlos? … La lección Fase 3
Galia llega sobre la hora al aula. Está un poco mareada y la garganta inflamada le molesta. Si cambió, aun conserva los malestares de Talia, pero está hoy, más segura que ayer. Las profesoras la saludan indicándole que casi es la hora de comenzar. Galia trae un equipo de música para escuchar una canción, pero antes, saluda a los chicos y comienza “la lección”. Hoy los chicos tienen ganas de hablar con ella; se ve que el problema era con Talia: le reconocen el rostro transmutado y ven que hoy se siente más segura de sí, por eso participan cuando se los pide. Galia les explica el tema, padece el calor primaveral y los restos febriles de Talia. Sin embargo, cree en la propuesta que les trajo hoy a los chicos mientras reproduce uno de sus temas favoritos de metal. A los chicos les llama la atención la historia que relata la canción. Galia les indicó para qué escuchaban la historia y qué debían responder sobre ella. Galia se sentía en cierta forma reconfortada, porque los estudiantes habían participado en su clase y se habían interesado en la canción. Parecía una de las fases finales de la transmutación, pero aún le faltan muchas. De Litio y Talia conservará muchas cosas a las que le añadirá lo que Galia ha aprendido de ellos.
La claridad Fase 4
Curia está ansiosa por dictar su clase de hoy. Le tiembla el pulso al llegar a la escuela y siente que el tiempo de la clase es muy corto. Tiene el rostro aun más transmutado e inclusive su discurso tiene algo nuevo: cierta claridad que observadores reconocen, y Curia siente que es clara aunque vaya a 80 kilómetros por hora. A Curia le preocupa el tiempo. La actividad práctica es algo compleja, porque es distinta, y es muy importante, cree ella… Pero las ideas teóricas no quedan del todo claras, porque Curia va rápido en la explicación como si el Conejo de Alicia estuviera corriendo por el aula y diciéndole que se está haciendo tarde. Pero ella cree que fue clara en la explicación y los chicos hicieron la tarea, lenta pero conscientemente; también cree que los miedos de Litio ya no están porque Curia se acerca a ellos en calidad de ayudante: les dice que si no pueden empezar ella les ayuda- porque los estudiantes dicen no entender, no tener ganas de pensar, no saber qué hacer. De a poco van resolviendo el tema. A Curia le parece que se ha figurado ante ella la progresión del aprendizaje, porque, de a poco, con los resabios temerosos de Litio y su incapacidad para dejarse ser, la seguridad de Talia, con todo, y el Conejo andando por ahí, los chicos están haciendo muy buenas producciones.
|